
Angie Hamilton (izquierda) e Irene Reilly-Paterson (derecha)
Es el 16 de abril, el Día Nacional de Acción por la Crisis de Sobredosis de 2019. Al llegar a Queen’s Park, me ofrecen una lápida para llevar. “Ryan Klein ‘Batman’, una persona fuerte, amaba los autos, siempre dispuesto a divertirse”. Cuando dudo en tomarla, me dicen: “Tenemos muchas”. Este va a ser un día difícil.
Es un honor llevar la lápida de Ryan. Ojalá lo hubiera conocido cuando estaba vivo. Ojalá pudiera darle un abrazo a sus padres. Otros padres me ofrecieron sus condolencias. “Oh, no, eh, mi hijo se está recuperando. Lamento mucho su pérdida”.

Veo a las heroínas de la reducción de daños, Zoe Dodd y Gillian Kolla, y les doy un abrazo. Les agradezco su incansable trabajo. Ellas me agradecen por haber venido. “La verdad es que las manifestaciones no son lo mío, pero hemos estado llamando a las puertas educadamente durante más de dos años y nada cambia”. Asiente con tristeza y comprensión.
Es lamentable que ningún diputado provincial haya venido a expresar su simpatía o a dar testimonio de todo este dolor y esta pérdida.
Unos doscientos de nosotros caminamos en procesión fúnebre por University Avenue. La policía nos ha cerrado todos los carriles en dirección sur. Frente a mí puedo ver la parte superior de una de las torres de oficinas donde, en lo que parece otra vida, trabajé durante más de una década como abogado especializado en planificación fiscal y patrimonial.

Me recuesto en medio de University Avenue, frente a las oficinas del Director Médico de Salud de Ontario, David Williams. ¿Quién podría saber su nombre dada la escasa cantidad de veces que se ha pronunciado sobre esta crisis? Al levantarme de mi primer “die in”, veo a Sheila Jennings, otra abogada, consolando a Irene Reilly-Paterson. Ambas son miembros de Moms Stop the Harm.
Terminamos nuestra procesión en las oficinas de Health Canada. Irene lee un poema: “Los recordamos”. No hay ni un solo ojo seco en la casa. Explotan bombas de humo rojo y nos dispersamos.
La ironía me golpea cuando veo las noticias unas semanas después sobre la manifestación pro vida en Queen’s Park a la que asistieron tres parlamentarios provinciales.
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